Las empresas que actúan en el sector textil y de confección están permanentemente siendo probadas por el mercado. El comportamiento de los consumidores ha evolucionado continuamente, así como avanzan las conexiones de las cadenas de valor globales. Entre los desafíos que una empresa textil y de confección va a enfrentar en los próximos años y décadas está el de automatización del proceso productivo y la adopción cada vez mayor de la tecnología.
En sus orígenes, los sistemas MES (Manufacturing Execution System) fueron creados para posibilitar la monitorización y el control de las plantas de fabricación en el sector de la industria. Inmersas en la cuarta revolución industrial, las empresas industriales son testigos, en los últimos años, de la rápida evolución de estas soluciones, una evolución que avanza en múltiples direcciones y tiene marcado carácter colaborativo.
La definición básica de los sistemas MES, hasta hace poco tiempo limitados al “suelo” de las plantas de fabricación para controlar y mantener el seguimiento de su operativa, ha pasado a la historia. En los últimos años, los sistemas MES han evolucionado, tanto desde una perspectiva técnica como funcional, impelidos por los nuevos desafíos de la economía globalizada.
En el siglo XXI, caracterizado por la hiperconectividad, la información en tiempo real, la expansión del IoT y la automatización, no basta con que los sistemas MES realicen una perfecta labor de monitorización y control del funcionamiento de los equipos y del desarrollo de los procesos en la planta de producción. Para ser verdaderamente eficaces y contribuir directamente a la mejora de la productividad, en términos de costos y eficiencia, los sistemas MES deben conectarse con otros sistemas y unir la capa informacional del negocio con la capa de la operativa en planta.
Un sistema MES es una solución independiente que se integra con el ERP. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el software ERP se centra en la gestión del negocio, mientras que el sistema MES tiene que ver con la información de la producción en tiempo real. Otra diferencia entre ellos es que el primero sólo funciona a partir de una carga de datos, mientras que un sistema MES funciona de manera automática, con la información extraída desde el propio proceso de producción.
Así, por ejemplo, la integración del MES con el software ERP de la empresa puede generar informes con gráficos y datos que permiten disponer de toda la información de la producción y tomar decisiones empresariales basadas en datos fiables y objetivos. De esta forma, se pueden disponer de variables como el tiempo empleado en cambios de lote de productos en máquinas, tiempos de entrega, inventario de productos en curso y el papeleo entre turnos.
Disponer de un sistema MES es crucial a la hora de evolucionar hacia la Industria 4.0 dado que puede marcar la diferencia entre una fábrica tradicional y una fábrica preparada para el futuro. Y por lo tanto, puede suponer que una fábrica tenga éxito o no, perdurando en el tiempo.
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