Los constantes desarrollos tecnológicos de la civilización moderna le han permitido a la humanidad moldear su entorno y mejorar significativamente su calidad de vida. Sin embargo, la escasez de recursos y los retos ecológicos han suscitado nuevas necesidades que deberán cubrir las ciudades del futuro.
Según un estudio de las Naciones Unidas, se proyecta que la población de América Latina y el Caribe, que se triplicó en tamaño entre 1950 y 2020, alcance su punto máximo justo por debajo de 768 millones alrededor de 2058 y luego disminuya a unos 680 millones en 2100. Esto conlleva a que año a año los porcentajes de migración interna de las personas hacia las ciudades vayan en aumento, generando así un mayor porcentaje de urbanización.
Si trasladamos esto al ámbito industrial, optimizar el proceso productivo es una tarea fundamental para la mayoría de lo rubros, sin importar su sector. A fin de lograr este objetivo, es necesario invertir en la automatización industrial, así como en máquinas inteligentes y otros recursos de la Industria 4.0 que generarán mejoras en la productividad y rentabilidad. Además, la pandemia mostró una realidad que ya viven muchas industrias: la continuidad del negocio durante una situación extrema.
Más allá de las numerosas ventajas de la tecnología, un hecho que ha potenciado el crecimiento de la industria y la transformación digital de las empresas es la pandemia causada por el coronavirus. Las organizaciones han tenido que adaptar su modus operandi debido a la interrupción de la producción por la suspensión de los empleados de sus puestos de trabajo. Las empresas que ya contaban con recursos internos de automatización, han podido adaptarse más rápido al cambio y por ende están mejor posicionados. Sin embargo, este nuevo escenario mundial produjo algo esencial: la discusión sobre la implementación de la tecnología industrial, específicamente enfocada a la Industria 4.0.
El uso de máquinas inteligentes, por ejemplo, ofrece un rendimiento en tiempo real y datos operativos de fácil acceso. Estos datos permiten tomar decisiones que se basan en información 100% asertiva, lo que reduce en hasta un 15% el tiempo improductivo), aumenta en hasta un 20% la eficiencia e incrementa la productividad de las fábricas con una reducción del 90% del tiempo de puesta en marcha y configuración de estas nuevas máquinas inteligentes.
Además, las máquinas inteligentes permiten un acceso remoto seguro para poder monitorear su rendimiento desde cualquier parte del mundo. En este período de pandemia, reaccionar ante situaciones críticas casi de forma inmediata, ahorra costos de traslado. La conectividad remota y segura permite también acceder a los programas de estas máquinas inteligentes para modificar o reparar instrucciones con el fin de realizar mejoras en tiempo real sin la necesidad de estar presente en el lugar.
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