Las nuevas tecnologías, se han ido introduciendo en todos los sectores de la producción. Hoy en día, la agroindustria latinoamericana afronta el reto a la transformación 4.0.
El término Agroindustria 4.0 proviene del de Industria 4.0, la revolución de la digitalización de procesos. En este nuevo concepto, podemos decir que en el futuro las propiedades se integrarán y conectarán, utilizando el concepto de IoT (Internet de las cosas) y big data, al mando de todos los procesos, equipos y personas.
La región latinoamericana representa el 16% de las exportaciones agrícolas globales, siendo la mayor exportadora de alimentos del planeta. Teniendo en cuenta que, según cálculos de la ONU, la producción de alimentos deberá incrementarse en un 70% para 2050, esto es una oportunidad, pero también implica un desafío, ya que, si quiere mantener su participación, la región deberá aumentar su producción en más de un 80%.
En este contexto, la economía del conocimiento y la implementación de tecnología aparecen como aliados fundamentales del sector. Diversos estudios señalan que la clave no se encuentra en expandir la frontera agrícola, sino en eficientizar la producción mediante la implementación de tecnología.
En los últimos años hemos visto una multiplicidad de alianzas a nivel internacional entre empresas tecnológicas y agroindustriales (Intel y Keenan o Cargil y Cainthus, por ejemplo), así como también la proliferación de startups que se dedican a lo que popularmente se conoce como Agtech. Diversos estudios calculan que para 2024 se producirán alrededor de 600 mil robots dedicados a la industria agrotecnologica al año, mientras que en 2016 eran solo 32 mil.
Esto tiene que ver con que el principal obstáculo para el desarrollo de esta industria en su máximo potencial (la falta de conectividad en las zonas rurales) se ha ido reduciendo en los últimos años. El desarrollo de la tecnología 5G y de diversas iniciativas tecnológicas para llevar internet a cada rincón del planeta, permiten cada vez más la utilización de Inteligencia Artificial y IoT en zonas rurales, amplificando los límites de lo que se puede lograr en esta industria.
De acuerdo con una investigación de Agfundernews, el ecosistema emprendedor latinoamericano en el rubro Agtech cuenta con más de 500 startups, de las cuales la mitad han surgido en los últimos tres años, lo cual evidencia una gran oportunidad de crecimiento para el sector. La app argentina EcoSniper, desarrollada por la startup Milar, por ejemplo, se trata del primer sistema local de pulverización selectiva, que permite aplicar herbicidas puntualmente y no en la totalidad del lote, no solo generando un ahorro del 80% del producto sino también contribuyendo a la protección del medio ambiente.
Siguiendo con ejemplos sobre la importancia de estos cambios, Perú es un participante importante a nivel mundial en el sector agroexportador, superando los US$ 6,000 millones y exportaciones a más de 113 países. Este crecimiento es producto de una mejora sustancial en el grado de la tecnología, introducido en el componente agroindustrial tanto en equipos para nuevas líneas de producción, técnicas de conservación y transformación, envases innovadores y biotecnología para introducir y adaptar cultivos; así́ como la variable de innovación, muy importante para el desarrollo de nuevos productos.
El caso de los arándanos en Chile es un claro ejemplo de los beneficios de la implementación del IoT en el agro. Dado que la fruta es una de las mayores exportaciones de Chile, los agricultores del país necesitan poder producir grandes cantidades para satisfacer la demanda. Según investigadores de la Universidad UCSC de Chile, la implementación de sensores remotos alrededor de las áreas agrícolas ha reducido el volumen de agua utilizada en un 70%. La colocación de sensores en el suelo permitió a los agricultores e investigadores monitorear las condiciones del suelo así como los requerimientos de la planta. De esta manera, los agricultores pudieron optimizar su proceso de riego para utilizar menos agua y aumentar el rendimiento de las plantas gracias a las condiciones optimizadas.
En definitiva, todo este sistema de trazabilidad integral que asegura salubridad en los alimentos y sostenibilidad en los procesos, queda totalmente afianzado con este nuevo paradigma de Agroindustria 4.0 al establecer un mecanismo de interconexión total de datos generados en cada uno de los procesos que se gestionan en cada uno de los eslabones de la cadena de valor del sector agroalimentario.
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