Las empresas se enfrentan a diario a varios retos para alcanzar el éxito empresarial y la falta de gestión en algunas áreas, como el riesgo operativo, puede dificultar aún más todo.
Los riesgos representan situaciones de alerta, que pueden afectar de alguna manera la producción, la calidad o el desarrollo de la organización.
Afrontar estos problemas no siempre es sencillo, pero conocer los riesgos más comunes y saber identificarlos son grandes pasos para elaborar una planificación asertiva con el fin de reducir sus ocurrencias.
En este contenido, le explicaremos cómo puede hacer esto y compartiremos consejos para garantizar una gestión eficiente de los riesgos en su empresa. ¡Sigue leyendo para comprobarlo!
¿Qué es el riesgo operacional?
El riesgo operacional se refiere a fallas internas que interrumpen las operaciones y pueden causar algún tipo de pérdida al negocio, ya sea financiera, de producción o incluso relacionada con la imagen de la empresa.
Por tanto, el concepto engloba cualquier amenaza que pueda afectar el funcionamiento de la organización y reducir la calidad operativa en su conjunto.
Estos riesgos pueden aparecer en diferentes áreas de la empresa y ocurrir por diversos motivos, desde fallas del sistema hasta problemas externos o una mala gestión.
Cuanto mayores sean las posibilidades de pérdida o daño operativo para la organización, mayor será el nivel de riesgo en esa situación.
Las tres categorías de riesgo operacional
Cuando hablamos de los riesgos operacionales de una empresa, es importante resaltar que existen tres categorías para clasificarlos. Se refieren a amenazas específicas y pueden servir como guía para identificar y combatir posibles peligros.
Conocer esta categorización es el primer paso para mitigar cualquier riesgo, pues entender cada uno de ellos simplifica la prevención.
Vea a continuación las características de las tres categorías existentes.
Riesgo organizacional
Como ya indica su nombre, esta clasificación de riesgos se utiliza para describir amenazas estructurales, normalmente relacionadas con la falta de organización de la empresa.
Entre ellos podemos mencionar:
- Falta de planificación;
- crear metas poco realistas;
- errores por falta de comunicación;
- Procesos desalineados y poco claros.
Es común que este tipo de riesgo vaya asociado a problemas de gestión. Esto puede comprometer el crecimiento empresarial, la reputación del mercado e incluso la gestión de crisis en el futuro.
Riesgo personal
Esta categoría de riesgo operacional está relacionada con el capital humano de la empresa, es decir, con todas las personas que trabajan para que la operación fluya correctamente.
Se trata de los empleados de la organización, pero también de los contactos externos que desempeñan funciones fundamentales para la productividad, como los proveedores, por ejemplo.
Por tanto, la categoría está relacionada con los errores cometidos en las actividades rutinarias realizadas por estas personas. Algunos ejemplos son:
- fallas de gestión;
- falta de políticas internas claras;
- problemas de comunicación con proveedores;
- Empleados sin la formación adecuada para una determinada actividad o función.
Riesgo de operación
El riesgo operacional está directamente relacionado con fallas del sistema, abarcando las etapas del proceso productivo de una organización.
Estas fallas pueden deberse a problemas técnicos o de seguridad, así como a errores humanos.
Algunos ejemplos que se pueden destacar en esta categoría son:
- falta de mantenimiento preventivo;
- corte de energía o error del sistema;
- equipo viejo o que funciona mal;
- Falta de profesionales cualificados para manejar la maquinaria.
¿Cuáles son los tipos de riesgos operacionales? Descubre los más comunes
Dentro de las categorías existen diferentes tipos de riesgos, es decir, factores que pueden desencadenar problemas en el funcionamiento de la empresa.
Un ejemplo de esto ocurre cuando una máquina deja de funcionar y, en consecuencia, impacta la producción. En este caso, usted sabe que hubo algún error (humano o del sistema) y puede aplicar el mantenimiento adecuado para corregirlo.
Con ello, incluso es posible incluir nuevos protocolos en la planificación preventiva para evitar el mismo tipo de fallas en el futuro.
Para identificar cada tipo de riesgo operacional es importante conocerlos. Entonces, enumeramos aquí los principales:
- fallas humanas: los seres humanos son susceptibles a cometer errores y, por lo tanto, pueden cometer errores incluso en procesos con los que ya tienen experiencia;
- fraude: es una irregularidad intencional, cuando personas de mala fe actúan para perjudicar a la organización, defraudando procesos y operaciones en general;
- fallas del sistema: a pesar de ser más asertivas, las máquinas también pueden presentar fallas, ya sea por falta de energía o por un error en el sistema;
- deficiencias estructurales: los factores enumerados anteriormente pueden causar deficiencias en varios sectores de la empresa, incluido el compromiso estructural y los activos físicos;
- Fallos de seguridad: con las transformaciones digitales, los fallos de seguridad pueden abrir espacio para ciberataques, fugas de datos y otros problemas que tienen un impacto directo en las operaciones de la empresa.
Los impactos de los riesgos operativos en las organizaciones
Los riesgos operativos pueden tener un impacto grave en las empresas, desde pérdidas financieras hasta daños a la reputación o incluso responsabilidades legales.
En casos extremos, estas amenazas pueden incluso poner en riesgo el futuro del negocio.
Imagine una organización con malas prácticas de seguridad de datos, por ejemplo. La falta de procesos y estructuras correctos para proteger la información puede provocar violaciones de datos.
En una situación como esta, la empresa puede afrontar varias consecuencias negativas, como pérdida de clientes, daños financieros y daños a la reputación de la marca.
Por ello, es fundamental evaluar los peligros potenciales e implementar estrategias para protegerse contra ellos.
¿Cómo identificar el riesgo operacional de una empresa?
Para identificar los riesgos operacionales de su empresa, el primer paso es realizar una revisión interna de sus políticas, procedimientos y procesos.
Esto puede implicar analizar factores como las prácticas de seguridad de los datos, las estrategias de comunicación interna, los sistemas de gestión financiera y los procedimientos de servicio al cliente.
El análisis también debe considerar cualquier riesgo externo que pueda afectar el funcionamiento interno de la empresa, como proveedores y proveedores externos, amenazas cibernéticas y problemas específicos del mercado.
¿Cómo gestionar el riesgo operacional?
Mucho más allá de identificar, es necesario gestionar el riesgo en la empresa para reducir, controlar y prevenir posibles daños en cualquier ámbito del negocio.
Como hemos visto, la falta de comprensión sobre los riesgos operativos y la ausencia o aplicación de estrategias inadecuadas para gestionarlos pueden causar daños a largo plazo a su organización.
Para desarrollar una gestión verdaderamente efectiva, es importante considerar algunos puntos básicos, como:
- identificación de amenazas;
- análisis de riesgos identificados;
- medir y clasificar la prioridad para cada uno;
- implementación de acciones correctivas, preventivas o de control;
- monitorear las estrategias aplicadas y planificar ajustes cuando sea necesario.
El objetivo de esta gestión es mitigar riesgos, proteger a la empresa de posibles pérdidas y evitar problemas más graves en el largo plazo.
Un paso para simplificar esta administración es organizar las amenazas según las categorías que compartimos en este contenido (personal, organizacional y operativa). De esta manera, resulta más fácil identificar problemas y visualizar soluciones.
¿Cómo reducir la aparición de estos riesgos?
Además de desarrollar una buena gestión dirigida específicamente a estas amenazas operativas, es importante evaluar otras acciones efectivas que contribuyan a reducir sus ocurrencias.
Una vez identificados los riesgos potenciales dentro de la empresa, este proceso se vuelve más sencillo. A partir de esta evaluación es posible desarrollar estrategias para prevenirlas, tales como:
- implementación de nuevos protocolos y procesos;
- desarrollo de un plan de mitigación de riesgos;
- elaboración de una matriz de evaluación de riesgos operacionales;
- planificar auditorías periódicas para monitorear las áreas de riesgo;
- inversión en soluciones tecnológicas para mejorar las medidas de seguridad, automatizar procesos y reducir fallas.
TOTVS ERP
Entre las soluciones tecnológicas que contribuyen a una gestión más estratégica del riesgo operativo no podemos dejar de destacar los ERP.
Estos sistemas pueden ser una herramienta valiosa para las empresas, ya que permiten centralizar diversa información y procesos en un mismo lugar, además de ayudar con el análisis de datos, el cumplimiento y la automatización de tareas.
Con los sistemas de gestión TOTVS podrás conseguir todo esto y mucho más. En una plataforma totalmente personalizable, es posible integrar software destinado a gestionar áreas como finanzas, impuestos y ventas.
Además, los ERP proporcionan herramientas para simplificar el análisis de los indicadores de desempeño.
Con todas las funciones del sistema, puede garantizar una mejor visión de sus operaciones, así como tener acceso a recursos mejorados de gestión de riesgos.
Conozca los sistemas de gestión TOTVS y optimice su eficiencia operativa
Conclusión
Los riesgos operativos existen en cualquier negocio, pero pueden causar problemas en varias áreas internas e impactar directamente el desempeño y el éxito de la empresa.
Sin embargo, como hemos visto en este contenido, es posible mitigarlos aplicando estrategias como la evaluación de riesgos, acciones de seguimiento y, por supuesto, implementando una buena gestión.
El paso principal hacia esto es identificar las amenazas. A partir de esto se puede actuar preventivamente antes de que los riesgos traigan pérdidas y daños a la empresa.
Al implementar un sistema ERP eficaz, como los desarrollados por TOTVS, podrá gestionar mejor sus riesgos operativos y proteger su negocio de las consecuencias negativas que podrían traer, como pérdidas financieras o daños a la reputación.
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